jueves, 7 de abril de 2011

El Gral uruguayo Pereira se arrepiente de no haber dicho los nombres de los represores- Entrevista

"Sólo me arrepiento a veces de no haber puesto el nombre y apellido de los personajes, para que pudieran ser plenamente identificados por todos (...) creo que al final tienen merecido que yo identifique a los personajes con el grado y el verdadero nombre con el que marcaron mi historia. Pero como eso ya no es posible, finalmente todo quedará como está"



En enero de 2005 el Tribunal Especial de Honor del Ejército de Uruguay quitó el grado militar al General (r ) Oscar Pereira por su libro "Recuerdos de un soldado oriental del Uruguay", en el que criticó a ex presidentes, políticos y autoridades militares y donde reconoce violaciones a los derechos humanos. El presidente Tabaré Vázquez le devolvió el grado al asumir en 2006.



La Corte de Derechos Humanos de la OEA ha condenado a Uruguay por la vigencia de esa ley. Hubo dos referéndums para derogarla pero la ciudadanía votó apoyándola. Ahora, el Parlamento estudia un proyecto interpretativo para evitar que tenga valor legal.


El juez español Baltasar Garzón entrevistó al General Pereira en su libro "El alma de los verdugos" y desde entonces el general se ha llamado a silencio. En este contexto de discusión de la Ley de Caducidad, Pereira aceptó conversar con Latinhub. Éste es un resumen de la entrevista.

- ¿Qué opina sobre la Ley de Caducidad de la pretensión punitiva del estado, y su situación actual?

-(...) Creo que no está en discusión que esta ley contraviene toda la legislación internacional reconocida en nuestro ordenamiento legal, y al margen de otras consideraciones humanas, legales y políticas que seguramente corresponden, tengo unas pocas consideraciones desde la perspectiva puramente militar, que justifican de forma terminante la imperiosa necesidad de "borrarla" de nuestro ordenamiento legal (...) El artículo primero de la ley habla de la "consecuencia lógica de los hechos", de un "acuerdo celebrado entre partidos políticos y las Fuerzas Armadas" (...) Es terrible pensar que para siempre se continuará explicando entre los militares (...) que después de una dictadura se impone la lógica de acordar entre los partidos políticos y las Fuerzas Armadas, y que en su transcurso, es necesario legalizar la figura creada del delincuente militar impune, que cumple su deber por orden del superior, pero su convicción política le permite convertirse en un criminal sin castigo.


Por otra parte, en el artículo segundo sólo se excluyen los delitos económicos, y en consecuencia, al no hacerse discriminación en la gravedad de los delitos, para nuestro oprobio se incluyen aquellos considerados muy graves, que se definen como crímenes en todo el mundo civilizado y comprenden los delitos de lesa humanidad. (...) Al día de hoy existe reconocimiento y prueba de las aberraciones que se negaban en el pasado porque se sabe que todos los delitos que caducan por el imperio de esta mala ley, son delitos de lesa humanidad, que en realidad no caducan nunca en ninguna parte del mundo civilizado (...).

-¿Tiene colegas de las Fuerzas Armadas que coincidan con su visión?



-No puedo afirmarlo con absoluta certeza pero pienso que sí, particularmente entre los oficiales en actividad y también entre algunos retirados, aunque los supongo una minoría que no tiene canales adecuados para expresarse o no entienden conveniente hacerlo.


-¿Cuál cree que fue la vinculación del cuerpo diplomático uruguayo con el SID antes y durante la dictadura cívico – militar?


-Creo que en ese aspecto se realizaron las coordinaciones que son de norma entre ambas reparticiones del Estado, aunque eventualmente pudieron incrementarse durante la dictadura cívico-militar y realizarse coordinaciones directas de alto nivel en alguna circunstancia específica.


-¿Cree que deberían ser procesados por la Justicia como responsables, así como los militares que están presos?


-Los civiles no están contemplados por la ley de caducidad, y creo que la justicia actúa plenamente y acorde al tenor de la denuncia en cada caso, aunque no debe olvidarse que las decisiones operacionales eran de los mandos militares.


-¿Cuánto saben los militares y policías presos?


-Estoy convencido de que la compartimentación y el secreto propio de la táctica antisubversiva empleada en todas las operaciones iniciales contra la guerrilla tupamara, que fue posteriormente generalizada en los opositores más activos del régimen, sólo permite conocer con certeza las acciones protagonizadas por cada uno de los militares y policías, presos o no. En consecuencia estimo que su conocimiento está en relación con la acción directa y el nivel jerárquico que ostentaba cada uno.


-¿Cómo explica el pacto de silencio que mantiene oculta la verdad?



-No tengo la idea de que se trate estrictamente de un pacto de silencio de los militares, sino más bien coincidencia en una actitud personal de reindivicación de lo actuado, que permite preservar la reputación de cada protagonista y mantener la convicción de la causa justa, lo que se corresponde con una estructura mental maquinea y propicia a la negociación de la verdad, similar a quienes en el otro extremo, todavía sostienen las bondades de la dictadura comunista de Cuba.

-¿Cómo le contamos la historia a los jóvenes?

-Sería bueno hacerlo con la mayor fidelidad, sinceridad y sin prejuicios ideológicos que la desnaturalicen y tergiversen (...) Pienso que los militares debemos comprometer el Nunca Más, como una prospectiva de un Código de Conducta para las actuales y próximas generaciones, porque no se trata de algo meramente declarativo, sino de establecer las pautas para incorporarlo a la educación continua que se imparte en los Institutos Militares de cualquier nivel.

-¿No militares no tenían un Código de Conducta?


-(...) Debe recordarse que en la época que se desarrollaron los acontecimientos relacionados con el llamado terrorismo de estado en el Uruguay, la temática de los derechos humanos no se integraba a la instrucción militar en la forma y con el sentido que se realiza actualmente. Sólo se desarrollaba (...) desde la perspectiva de la Convención de Ginebra relacionada con el tratamiento de los prisioneros en una guerra convencional.


Pienso que la intervención de las fuerzas armadas (sin adecuada preparación previa) en la guerra interna (...) orientó apresurada y erróneamente a quienes tomaban las decisiones estratégicas hacia la táctica más conocida en aquél momento, que fue la empleada por los franceses en la guerra de Argelia y que también era utilizada por otros países del continente, así como ampliamente difundida entre los militares en la literatura de Jean Larteguy.

Desde la perspectiva de los derechos humanos, esta táctica era el paradigma de su constante violación, ya que básicamente consistía en sistematizar la tortura al prisionero, para obtener la información inmediata que permitiera operar para impedir daños mayores en las fuerzas del estado. El posterior golpe de estado, la sistematización del bárbaro procedimiento de la tortura a prácticamente todos los detenidos opositores del régimen sin distinción de sexo ni edad, las ejecuciones y la creación de la figura del desaparecido, llevaron a la estigmatización de las fuerzas armadas con la violación de los derechos humanos, que se agrava cada día en que elípticamente alguna autoridad militar del presente defiende lo actuado y no evidencia el mínimo arrepentimiento

-¿Qué sintió al ver a Macarena Gelman junto a Gonzalo Fernández junto a una excavación que pensó era la tumba de su madre pero era mentira?


-(...) Creo que (el gobierno) manejó improvisadamente un tema extremadamente sensible, por fuera de los organismos de inteligencia del Estado y con las personas inadecuadas para conducir esa situación muy compleja.


Erróneamente, cada día que pasa se hace carne en la opinión pública que investigar es sinónimo de excavar, y todo hace suponer, que cuando la escasa información confiable a disposición del equipo de campo aconseje suspender las excavaciones, muchos quedarán con el sabor amargo del fracaso, porque en adelante sólo podrán confiar en la nueva información que quieran proporcionar los ex - agentes del Estado que la posean, y alguna otra puntual proveniente de los canales informales

-¿Cree que éste ha sido el camino elegido por el gobierno por desconocer cuál sería mejor camino o porque deliberadamente es una forma de dilatar el arribo a la verdad?



-(...) La estrategia se define como la ciencia y el arte que permite preparar y aplicar los medios disponibles, para conquistar y mantener los objetivos fijados por la política, y es en ese sentido que fundamenteo mi opinión del desacierto del gobierno, porque es obvio que tiene muchos más medios  que los que  emplea, al tiempo que persiste en tratar con los que cree que saben cuando debería tratar con los que pueden averiguar.

-¿Qué es necesario hacer para descubrir la verdad sobre el destino de los muertos y desaparecidos durante la dictadura?

-Creo que ha llegado el tiempo de cambiar la actual estrategia confesional-antropológica, por una verdaderamente profesional de la inteligencia, mediante la organización en dependencia del directa del Presidente de la República y en una oficina debidamente informatizada, de un "Grupo Coordinador en la Investigación de los Desaparecidos, con aproximadamente 15 personas debidamente seleccionadas, que provengan de todos los Organismos que producen algún tipo de Información: MI, MRREE, y del MDN: Estado Mayor de la Defensa Nacional, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, además de  respectivos representantes: del Periodismo de Investigación en esta temática y de la Asociación de Madres y Familiares de los Desaparecidos

No es pensable alcanzar resultados plenamente satisfactorios, y mucho menos en un plazo razonable, si se continúa aplicando la táctica de buscar la confesión de los denunciados, porque no se trata de llegar a la verdad sobre los desaparecidos preguntando a quienes no responden, sino de investigar profesionalmente con la metodología adecuada, todos los pormenores y personas directa e indirectamente relacionadas con cada denuncia.
-¿Ha propuesto esto de manera oficial a las autoridades pertinentes; qué hace falta para que se tome esta decisión política?

-(...) Nunca he tenido ninguna responsabilidad de gobierno y creo que lo más adecuado es mantenerse al margen (...)  aunque en este caso concreto deberían tener conocimiento de la opinión porque el  diario "La República" publicó con mi firma el 20 julio de 2006 un extenso  documento titulado "Los fundamentos del honor y la violación de los derechos humanos" donde se hace mención a todos estos temas relacionados con las fuerzas armadas, su conducta institucional en esa época histórica y la estrategia a emplear en la búsqueda de los desaparecidos (...) y creo que la reticencia del gobierno en hacerlo permite suponer un cierto nivel de compromiso con los militares acusados además de una  lógica incertidumbre de alcanzar por esa vía el objetivo buscado

-¿Por qué cree que las Fuerzas Armadas nunca pidieron perdón?-(...)Los hechos que se han ido confirmando inexorablemente con el paso del tiempo lo han demostrado, y de una buena vez debemos reconocer francamente, que los que de verdad mantuvieron su honor, fueron los antiguos camaradas que pagaron muy caro (castigados con el desprecio, la reforma y algunos con muchos años de severa reclusión ), sus actitudes contrarias a la intervención política y a la violación de los derechos humanos. Los demás, mal que nos pese, seguiremos endeudados con el honor hasta el final de nuestros días.



Los sucesivos comandos de las respectivas Fuerzas que mantienen su representatividad de todas las épocas, no lo han interpretado así y han asumido corporativamente el pasado con la nociva permisividad del mando político, lo que compromete cada día más negativamente el presente y el futuro de la institución militar y su aceptación por la ciudadanía.

-¿En qué momento de su vida usted comenzó a pensar así?



-La vida nos va dando nuevos conocimientos al tiempo que supone nuevas experiencias que nos permiten madurar, y con el paso de los años fui adoptando una actitud menos ideologizada y más tolerante sobre todo lo que es distinto o piensa distinto, al tiempo que me liberé absolutamente de la estúpida necesidad de tener razón y pude asumir mis errores con naturalidad (...)

-¿Cuál fue su mayor decepción profesional?



-En el momento que constaté el desinterés y la falta de ideas de los jerarcas del proceso cívico-militar, para instrumentar la reingeniería de las Fuerzas Armadas que ya entonces era imprescindible, porque su organización y funcionamiento se correspondía con una burocracia armada, y estaba absolutamente fuera de escala para el cumplimiento de su fin principal de resistir una violación de la soberanía nacional.


Hasta el momento, el actual esquema organizacional de mediados del siglo XX según el Modelo Institucional de Fuerza Conjunta, sólo ha resultado apto para tener presencia militar en las capitales departamentales, cumplir transitoriamente con emergencias o tareas abandonadas por funcionarios estatales, interrumpir el proceso democrático, ejercer el terrorismo de estado y adaptarse a los requerimientos policiales de las misiones de paz de la ONU

-Después de 34 años buscando a su hija (María Emilia Islas) falleció María Esther Gatti sin saber el destino de su hija desaparecida junto a su marido Jorge Zaffaroni en 1976. ¿Qué reflexión le merece?



-Una situación muy doloros y lamentable, pero previsible en razón de la deficiente conducción político- militar alejada de las patuas profesionales en el manejo de los organismos de inteligencia del Estado

-¿Cree que los organismos de Inteligencia del estado responderían con todo su potencial a una tarea como la que usted propone para llegar a la verdad?

-No tengo dudas que así sería, si se sigue una adecuada política en el manejo de los recursos humanos e instituciones de que dispone el Estado

-¿Cuándo decidió escribir "Recuerdos de un Soldado Oriental" y por qué?

-Cuando me retiré del servicio activo, decidí que mi familia y amigos más cercanos tenían derecho a conocer mi propia versión de algunos hechos que me involucraban y que habían tenido trascendencia pública, pero como asumí la inconveniencia intelectual de pretender documentar la lucha con las heridas abiertas, finalmente me propuse la tarea mucho más noble de contar cronológicamente mi simple andar en el tiempo (...)

-¿Ha cambiado su forma de pensar desde que escribió el libro hasta la actualidad?

-(...)Como lo hecho, hecho está, no cambiaría, agregaría ni sacaría nada. Sólo me arrepiento a veces de no haber puesto el nombre y apellido de los personajes, para que pudieran ser plenamente identificados por todos

-Si tuviera la posibilidad de reeditar el libro ¿pondría los nombres de los personajes?

-Con la poca categoría que demostraron la mayoría de los militares y políticos que se sintieron agraviados por mis opiniones,  y que pretendieron descabezarme usando al tribunal de honor y haciendo patota en los centros sociales militares y batallones simbólicos, creo que al final tienen merecido que yo identifique a los personajes con el grado y el verdadero nombre con el que marcaron mi historia. Pero como eso ya no es posible, finalmente todo quedará como está

-¿Qué opinión le merece el ex presidente Julio María Sanguinetti? ¿Cómo interpreta su política con las Fuerzas Armadas en sus dos presidencias?



-El político más inteligente del Uruguay que supo alcanzar dos veces el Poder Ejecutivo, pero lo absorbió la politiquería y eso tuvo consecuencias nefastas para las Fuerzas Armadas post dictadura. Se rodeó, ascendió y protegió a ultranza de los hechos del pasado a los militares-correligionarios que habían estado en la cúpula del proceso cívico militar, y que también lo usaron de paraguas para reivindicar la dictadura en el público interno y oponerse tenazmente a cualquier cambio organizacional razonable, en el afán de mantener el statu- quo de burocracia armada y politizada, absolutamente usada a su antojo y alejada de sus fines primarios.

-¿Por qué cree que el gobierno de Tabaré Vázquez no realizó una investigación exhaustiva sobre el destino de los desaparecidos y por qué no lo está haciendo el gobierno de José Mujica?



-Creo que el gobierno de Tabaré Vázquez estuvo mal asesorado y desde el comienzo generó compromisos innecesarios en el ámbito militar, que determinaron en última instancia una estrategia confesional-antropológica condenada al fracaso por desconocimiento de las personas más directamente involucradas. Cometió el grueso error de instrumentarla en compartimentos estancos porque dejó a los Comandantes de las Armas expuestos en primera fila a cargo de las averiguaciones, y no permitió generar el imprescindible ámbito de reserva para realizar el verdadero trabajo de inteligencia por el órgano responsable del Estado, que sólo puede ser exitoso si logra coincidir la profesionalidad de las preguntas con la veracidad de las respuestas y la reserva de todos. Hasta ahora, el actual gobierno sigue el mismo camino del anterior y creo que si continua aplicando la misma estrategia alcanzará similares (o menores) resultados.


























































































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