lunes, 25 de abril de 2011

Medicos cubanos engañados terminan en Miami sin residencia ni licencia de trabajo - JEAN-GUY ALLARD


Los gusanos desertores
 Medicos cubanos alentados a abandonar su misión internacionalista para establecerse en Estados Unidos, chocan con la burocracia de la Inmigración norteamericana que entrega con parcimonia los documentos de residencia sin los cuales ni pueden solicitar el acceso a las corporaciones profesionales que rigen los permisos de trabajar, reporta la prensa de Miami.

El último pretexto que deben enfrentar los abogados de inmigración que venden sus servicios a los candidatos a la inmigración es que sus clientes pertenecieron a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), al Partido Comunista o a organizaciones afiliadas, algo perfectamente normal en la Isla, pero que en Estados Unidos – país que pretende representar la libertad - es asimilado a una actividad delictiva.
Los médicos que se hicieron prometer una vida prospera en cambio de un abandono de sus tareas humanitarias en uno de los numerosos países donde Cuba es presente en el campo de la salud, esperaban ser recibidos con grandes ventajas migratorias bajo un programa aprobado por la administración Bush en el 2006.
Según confiesa con cinismo el Nuevo Herald de Miami, este programa fue concebido no para ayudar a los médicos sino “como una forma de socavar la diplomacia médica de Cuba”.
El diario omite explicar que el programa llamado Parole para Profesionales Médicos Cubanos (CMPP, por sus siglas en inglés), es una operación instaurada en Estados Unidos en 2006 por la inteligencia norteamericana bajo cobertura de un grupo de Miami vinculado al terrorismo contra Cuba.
Además del “bloqueo” que enfrenten de parte del implacable Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), los cubanos desertores se desesperan con las dificultades que enfrentan para revalidar sus credenciales médicas en los Estados Unidos, las corporaciones profesionales encargándose de obstaculizar el flujo de galenos, todos competidores en un mundo donde la salud es un negocio más.
Cómplice de esta operación en la cual el gigante del capitalismo roba profesionales en un país del tercer mundo, la representante federal cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del poderoso Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes en Washington y estrechamente asociada a la mafia cubano americana, dijo que proyecta “investigar el asunto”.
“Voy a ponerme en contacto con las autoridades de inmigración para saber más de este problema porque hasta ahora sólo tengo anécdotas de parte de familias afectadas por esta barrera”, indicó Ros-Lehtinen en un mensaje electrónico a
El Nuevo Herald, en el cual usa contra Cuba su habitual retórica de extrema derecha.
Las tarjetas de residencia permanente son esenciales en una Florida racista que reclama leyes que multiplican los controles a inmigrantes.
El “programa” CMPP realizado en complicidad con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) está manejado en Miami por la Fundación Nacional Cubano Americana, creada por estos mismos servicios y que asoció durante años a las actividades del terrorista internacional Luis Posada Carriles. El comité paramilitar de la FNCA tiene un importante historial de acciones terroristas.
Según las reglas de las corporaciones profesionales de EEUU, un médico cubano que cede ante la manipulación y que se encuentra en EEUU una vez obtenidos sus papeles de inmigración, tiene que esperar más de cinco años, además de realizar distintas pruebas. antes de tener una posibilidad de trabaja en un mercado donde existe una feroz competencia para conseguir un puesto de trabajo.
Miles de médicos de todas procedencias se aparecen anualmente en EEUU alentados por un “sueño americano” seriamente hipotecado por una crisis económica aguda.

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